LOS DIOSES ME ENVIARON
Jag Lake
291 pag.
Babel Books, Inc: Estados Unidos. 2011
LOS DIOSES ME ENVIARON, es la primer novela publicada de Jag Lake. En ésta, se presenta de manera continua una estética del absurdo y de la comedia; está dispuesta, de principio a fin a desmitificar, a cuestionar, a abrir campo igualmente a una estética del desencanto, todo esto a partir de los juegos del lenguaje -que en el español pueden resultar abundantes- y a las ambigüedades de la historia oficial, que en este texto, quedará más de una duda de lo oficial que ésta puede ser.
La historia se desarrolla a partir del establecimiento del monoteísmo. Los dioses de “El Cerro” se manifiestan indignados ante tal hecho y deciden contactar al dios japonés de la indiferencia: Samsun, para que él tome en consideración algún arreglo. A partir de aquí es que, homologando los relatos de la doctrina católica, se da forma al personaje principal del texto: un niño llamado Tufemo, que a como se desarrolla la novela, se va viendo intrincado en diversos acontecimientos, todos, en su mayoría, hechos trascendentales de la biblia, de la ciencia, o de la historia occidental; a los que Tufemo acude a través de una primitiva máquina del tiempo, que construyó con el fin de quitarse el aburrimiento y olvidarse de todo, y a través de la cual, descubre “la masa” o “la pasta”, objeto que corresponde a un tipo de archivo histórico, en donde queda registrado hasta el más mínimo suceso en la tierra. Es a partir de la elaboración de la máquina, que la novela se convierte en una colección de relatos de Tufemo en diversos espacio-tiempos narrativos, ya conocidos por todos. Entre ellos, encuentros con No-és y el arca, con Sansón, Jicler, El Quijote, entre otros. Estos van situándose narrativamente en cuatro partes:
Primera parte (o antiguo testamiento) en esta se desarrolla el origen de Tufemo y sus primeros viajes. La segunda parte (o nuevo testamiento) corresponde a los viajes de Tufemo en la edad media, la explicación de la doctrina católica ya establecida, su funcionamiento y estratificación, así como el encuentro con algunos científicos como Darwin y Newton. La tercera parte (o futuro testamiento) corresponde a relatos que se desarrollan en la era moderna, entre ellos la visita a la luna. Y la última parte (el testamiento del caos) que quizá fue denominada de esa manera por carecer de sitios en común entre las narraciones que la conforman.
Como ya se señaló, no hay parte del texto, donde no se emplee la comedia y la sátira, nada ni nadie se escapa a ser deformado para elaborar estos géneros. Incluso hasta el mismo autor toma parte del argumento y evidencia algunos de sus errores en el desarrollo de la historia. Estos recursos, en ocasiones, se sienten obligados dentro de la narración y perturban el hilo de la lectura, a su vez, la mayoría de estos elementos se encuentran en forma de anotaciones o indicaciones, abuzándose del recurso del paréntesis en casos que quizá se podían sustituir por otros signos de puntuación.
Son, al mismo tiempo, claras las influencias del autor dentro del texto, ya que las ambigüedades y juegos del lenguaje pueden asociarse de manera inmediata a las desarrolladas por los cómicos argentinos Les Luthiers, así como las similitudes entre los repetidos acontecimientos torpes de Tufemo y sus diálogos, con los del comediante mexicano Chespirito. Al que incluso el autor le dedica un capítulo entero.
Pero pese a toda la visión polémica que desarrolla el texto, se guarda en él a la vez, una intención de perseverancia, una invitación a sacar “a ese tufemo que todos llevamos dentro”.
De manera personal, aplaudo esa decisión que tiene Jag Lake, de desarrollar la literatura en una zona, donde aún, la ceguera conservacionista, la omite como espacio de discusión. Le insto a tomar el consejo de su texto, y “...continuar el camino que se nos ha presentado, ya sea por los que nos rodean o por nosotros mismos”.
Sta. María de Dota
16, Feb. 2012